El poema que da nombre a mi último libro de poesía.
AFUERA
Alguien me ató la noche como una piedra,
Alguien me hundió en la luz de la mañana.
La espuma del alba se llevó mi nombre.
A la hora en que los adioses levantan vuelo desde sus árboles dormidos.
A la hora de la orilla que no existe.
Cada piedra tiene su gravedad,
su peso,
su culpa;
cada puñado de arena; cada mano que cavó el olvido
y que empujó.
El olvido.
El olvido no deja túmulo.
Ni un ahí donde recordarse;
ni un ayer donde rezar
por uno mismo.
¡Sin años, sin nombre!
Enterraron mi cuerpo y me dejaron encerrado
afuera.
"A mitad de camino entre un poema extenso y un poemario, la obra parece proponerse a sí misma como un ejercicio poético de exploración de la sensibilidad existencial.La nada, el sinsentido, la inmanencia del lenguaje, y la ruptura de las referencias, aparecen y reaparecen indefinidamente, y en un grado tal de afectación (pretendido o no, no importa) que dificulta definir el opúsculo ya sea como homenaje o como parodia al género.Una poética breve pero densa, concisa pero abierta, sentida aunque (al menos a veces parece) minuciosamente pensada. En una sola - y, paradójicamente, descriptiva - palabra: incierta."